A menudo escuchamos hablar sobre autoconcepto, autoconocimiento y autoestima; pero ¿realmente entendemos la diferencia entre estos 3 conceptos? La realidad es que se emplean indistintamente y es por ello que se confunden fácilmente. Es importante aprender esto para poder trabajar la autoestima de manera eficaz en terapia.
El autoconocimiento consiste en hacer un trabajo de introspección para conocernos a nosotras mismas y averiguar qué nos gusta, qué no, cuáles son nuestras creencias y valores, los aspectos de nuestra personalidad… es averiguar cómo somos. ¿Cómo soy? Por ejemplo… “soy tímida y trabajadora; físicamente tengo el pelo rojo y los ojos negros”.
El autoconcepto es la manera en que cada individuo se valora a sí mismo; tanto física como psíquicamente. En esto influirán tanto nuestras propias experiencias como la opinión de los demás sobre nosotras. ¿Qué pienso sobre mi forma de ser y mi físico?
Por ejemplo…“Me gusta ser trabajadora pero me gustaría ser menos tímida”, “los ojos azules son más bonitos que los negros pero me gusta que mi pelo sea rojo”.
La autoestima es un concepto más subjetivo y emocional que resulta de los otros dos términos. ¿Cómo me siento conmigo misma y con los demás? Si nos sentimos bien con nosotras mismas y somos aceptadas en la sociedad con nuestra forma de ser en todos los aspectos, nuestra autoestima será alta y eso influirá positivamente en nuestras relaciones sociales, la superación de situaciones difíciles y la confianza en una misma para tomar decisiones de manera eficiente.
Una vez que nos analizamos física y mentalmente y posteriormente entramos a valorar qué nos parece cada aspecto de nosotras, ¡estaremos listas para trabajar la autoestima!